domingo, 22 de enero de 2012

LA TARTAMUDEZ NO ES NINGÚN CHISTE....

La tartamudez no es ningún chiste…
A nadie le gusta trabarse al hablar. Cuando tartamudeás algunas palabras son difíciles de decir. A veces sentís que tu garganta está cerrada y que no podés decir lo que querés. O a veces repetís varias veces la primera parte de una palabra.
Para poder seguir hablando, a veces hacés fuerza; pero cuanta más fuerza hacés, más te trabás. Sentís la fuerza en tu panza y empezás a hacer un montón de cosas raras con tu boca y con tu cara para poder seguir hablando. Cuando los demás ven que te trabás, muchas veces pueden querer ayudarte y algunas veces realmente te ayudan; pero otras veces hacen que te pongas peor.
Las personas que no tartamudean, en general, no entienden qué es la tartamudez. Quieren ayudar pero no tienen la menor idea de cómo hacerlo. Lo podés ver en sus caras, parecen confundidos y hasta un poco nerviosos. Cuando la gente se pone nerviosa a veces hace cosas tontas, no es su culpa. Es porque saben muy poco acerca de la tartamudez. Entonces, podés mostrarles este texto y serás vos quien los ayude a ellos.
A veces tartamudeás y a veces no
Es fácil darse cuenta por qué a los demás les cuesta entender la tartamudez. A veces te cuesta mucho hablar y otras veces lo hacés fácilmente. Cuando jugás en tu cuarto o hablás bajito, todo está bien. Cuando jugás con tu perro o le hablás a un bebé, las palabras te salen sin trabarte. Algunos chicos no tartamudean cuando están enojados y, para otros, tener bronca hace que su tartamudez se ponga peor. Quizás te sea fácil hablar con tu hermanito o hermanita pero te cueste hablar con chicos más grandes que vos.
Algunos chicos tartamudean mucho en el colegio y muy poco en su casa. Otros, en cambio, hablan fácilmente en el colegio y se traban mucho en su casa. Muchos chicos tartamudean menos o nada durante las vacaciones. Pero otros hablan fácilmente cuando van al colegio todos los días y tartamudean más cuando están de vacaciones. La mayoría de los chicos se traban más cuando están cansados o enfermos, pero hay algunos que se traban menos.
¿Entendés lo que pasa? A las personas que no tartamudean les cuesta mucho entender la tartamudez porque esta va y viene y parece estar cambiando todo el tiempo.
Cada uno habla a su manera. Unos hablan rápido y otros lento. Algunos hablan lento y otros bajito. Todos tenemos una forma de hablar y cada chico tartamudean de una forma diferente. ¿No sería aburrido que todos fuésemos iguales?
¿Qué es lo que te hace tartamudear?
Todas las personas son diferentes. Algunas cosas las hacen bien y otras mal. Algunos chicos pueden correr muy rápido y otros no tanto. Algunos son muy buenos en matemática o dibujando, en cambio a otros les cuesta bastante.
Por ejemplo: para dibujar bien, los músculos de tu brazo, tu mano y tus dedos deben trabajar juntos al mismo tiempo. Cuando hacer un dibujo te resulta difícil, entonces te cuesta hacer que todos esos músculos trabajen juntos. Esto no es un gran problema, solo necesitás más tiempo para hacer un buen dibujo. Si tratás de hacerlo rápido, hay más posibilidades de que el dibujo te salga mal.
Si no sos muy bueno en algo y encima tratás de hacerlo rápido, podés ponerte nervioso. Y cuando te ponés nervioso, las cosas te cuestan todavía más. Especialmente cuando tenés miedo de cometer un error, lo más probable es que esto te pase. Las personas que dibujan bien no tienen este problema, pueden dibujar rápido hasta en los momentos en que se sienten tensos y no tienen miedo de equivocarse.
Pasa lo mismo con el habla. Para algunas personas hablar es muy fácil y nunca tienen problemas al hacerlo. Pero las personas que tartamudean tienen su punto débil en esta área. Algunas veces, puede ser difícil para tu lengua, tus labios, tu garganta y tu respiración trabajar juntos en forma rápida y suave. Cuando hablás lentamente o te sentís tranquilo, quizás no haya problema y hables muy bien.
Pero cuando estás apurado y querés decir algo rápido, o cuando estás nervioso, hablar puede resultar difícil y podés empezar a trabarte. Y si tenés miedo de que tartamudear esté mal y tratás con todas tus fuerzas de no hacerlo, hablar puede ser cada vez más difícil. Entonces quizás lo que hagas sea cerrar tus ojos o apretar con fuerza o hacer gestos para poder decir lo que querés. Los chicos que tienen mucho miedo de tartamudear pueden directamente quedarse callados. No atienden el teléfono, no terminan sus oraciones o tratan de encontrar palabras que les salgan más fácil. Esto no es nada divertido. Por eso es mucho mejor trabarte y no tratar de esconderlo. Te vas a sentir menos nervioso y cuanto más tranquilo estés, más fácil te va a resultar hablar.
Se necesita mucha habilidad para tartamudear…
¿Te acordás que estuvimos hablando de que cada uno tiene su propia forma de trabarse? Algunos chicos repiten muchas veces una palabra o parte de una palabra, a otros directamente la palabra no les sale. Algunos hacen cosas raras con su cara y otros no. algunos odian tanto su tartamudez que prefieren ni hablar. A otros parece no importarle y siguen hablando como les sale.
¿Cómo es tu tartamudez? Fijate en esta lista lo que a vos te parece que te pasa cuando te trabás.
A vos te pasa que:
___ Repetís un sonido muchas veces
___ Repetís una palabra muchas veces
___ No te sale la palabra
___ Dejás salir un poco de aire antes de empezar a hablar
___ Cerrás los ojos cuando te trabás
___ Hacés un sonido más largo (sssssssssssssssssonido)
___ Movés tu cabeza cuando te trabás
___ Movés alguna parte de tu cuerpo cuando te trabás
___ Dejás de hablar (cuando sentís que vas a trabarte)
___ Esperás que otro diga las cosas por vos
___ Tratás de encontrar una palabra que sea más fácil
Podrías tratar de enseñarle a tu mamá o a tu papá a trabarse de la forma en que vos lo hacés…¡¡¡Vas a ver cuánto les cuesta hacerlo!!!
Cuando te sentís triste o enojado por tu tartamudez…
A las personas les da bronca que las cosas le salgan mal. Cuando tratás de hacer algo y te sale mal una y otra vez, te podés poner de muy mal humor. La gente también puede sentirse triste cuando las cosas le salen mal.
Quizás no te importe que tu maestra o tus papás te reten una vez. Pero si te retan todos los días, seguramente te vas a sentir triste o enojado o las dos cosas.
Cuando las personas grandes están tristes o enojadas tratan de disimularlo. Pero, si los observás con atención, te vas a dar cuenta de cómo se sienten. Quizás estén más calladas que otros días o les moleste cualquier cosa y quieran estar solas.
Tartamudear de vez en cuando no es un gran problema. Pero si muchas veces te cuesta hablar, eso puede darte mucha bronca. Bronca con las palabras y con la tartamudez. Empezás a odiarla. Quizás hablar se vuelva tan difícil que te empieces a sentir triste. Triste por la tartamudez. Cuando la gente está triste, llora. Quizás muchas veces te dijeron que tenés que ser fuerte y que no tenés que llorar como si fueras un bebé. Pero la tartamudez puede hacerte sentir tan mal, que está bien que llores por eso. No tiene que darte vergüenza hacerlo. Si demostrás que estás triste o enojado llorando o gritando, quizás te sientas mejor.
Quizás no quieras que todos los demás se enteren de cómo te sentís, y entonces llores en algún lugar donde nadie pueda verte ni oírte. Pero te vas a sentir mucho mejor si le contás a alguien lo que te pasa.
No sientas vergüenza. Pase lo que pase no te sientas culpable, la tartamudez no es culpa tuya.
Sol tiene 7 años. A veces su tartamudez le molesta tanto que la hace sentir triste o enojada. Para su cumpleaños le regalaron una muñeca que movía los labios. Le puso de nombre “muñeca tartamuda”. Cada vez que ella se siente mal por su tartamudez, va y le cuenta todo a su muñeca. Si tiene ganas de llorar, su muñeca está ahí para acompañarle. Pero, en realidad, sería mucho mejor que ella le cuente lo que le pasa a otra persona.
Tomás encontró otra solución. Él tiene un montón de autos de juguete, entonces, cuando tiene bronca por la tartamudez, juega a que los autos chocan unos con otros. Después se imagina que la policía viene a ver lo que pasó y él le cuenta por qué está tan enojado.
Cuando se burlan de vos por la tartamudez…
Los chicos se burlan unos a otros por muchas cosas. A uno le hacen burla por ser muy alto y a otro por ser muy petiso.
Se pueden burlar de vos por tener una nariz grande o por tener orejas gigantes. Por enfermarte muy seguido o no correr muy rápido. Por ser pelirrojo o por ser lento en matemática. Por no tener la ropa que usan todos o por no tener una bicicleta.
Es común que los chicos se hagan burla a veces. Pero supongamos que vos no tenés una bicicleta y te gustaría mucho tener una y que encima tus amigos se burlaran de vos por no tenerla. Seguramente las burlas te molestarán mucho. Lo mismo pasa con la tartamudez. Encima de que vos ya te sentís mal por tartamudear, los demás te hacen burla.
Cuando te hacen burla, vos podés contárselo a la maestra o podés pedirle a tu mamá o a tu papá que te ayuden. Pero también podes hacer otra cosa. Podés vos hacerle burla al que te burla. Siempre se te puede ocurrir algo para hacer.
Creo que Marcos, de 9 años, encontró una buena solución. Cuando le hacen burla sonríe y dice: “volvé cuando puedas tartamudear mejor que yo” …y así los chicos dejan de burlarse de él.
Algunas personas simplemente no entienden…
La tartamudez cambia todo el tiempo. Cada uno tartamudea a su manera y hasta esto puede variar de un día para otro. A las personas que no tartamudean les cuesta mucho entender esto. A la gente le gusta que las cosas sean siempre iguales. Cuando las cosas cambian todo el tiempo, se asustan. No saben cómo manejar las cosas que no entienden.
Tu mamá y tu papá pueden estar preocupados por tu tartamudez. Ellos quieren lo mejor para vos. Por eso es que tanto ellos, como las demás personas grandes, como también tus hermanos y hermanas, muchas veces quieren ayudarte. En parte porque se sienten mal por vos y en parte porque la tartamudez les asusta y les preocupa, y quieren, como vos, que se vaya.
Estas son algunas de las cosas que los demás seguramente te dicen para ayudarte:
“Tomá aire antes de hablar”
“Quedate tranquilo”
“Empezá otra vez”
“Si realmente querés, podés hablar mejor”
“Pará y hablá más lento”
“No tartamudees así”
“Antes de empezar a hablar, pensá lo que querés decir”
“Decí todo otra vez”
Estas cosas casi nunca te ayudan. Vos estás hablando lo mejor que podés y ellos pretenden que lo hagas todavía mejor. Es difícil seguir diciendo lo que querés decir cuando te sentís tan presionado. Obviamente la gente no sabe que en realidad te están haciendo las cosas más difíciles en vez de ayudarte. Por eso es que es tan importante que les cuentes acerca de tu tartamudez, que les expliques qué te gustaría que ellos hagan y qué no. Así realmente podrán ayudarte.
Pedro tiene 11 años y donde más tartamudea es en el colegio. Su maestra no entendía por qué. Cada vez que él quería decir algo en clase, su maestra se ponía muy nerviosa y entonces decía que mejor hable otro chico. Ella pensaba que esto era lo mejor para Pedro, porque así lo salvaba de tener que hablar y trabarse delante de toda la clase.
Pero, en realidad, era todo lo contrario. A Pedro le daba bronca no poder decir nada en clase. Entonces, lo habló con su mamá y juntos decidieron hablar con la maestra. Los tres se pusieron de acuerdo en que Pedro tendría la oportunidad de hablar en clase cada vez que él quisiera y que nadie lo molestaría por su tartamudez. Ahora a Pedro le gusta mucho más ir al colegio.
¡¡Está bien tartamudear!!!
No es contra la ley tener orejas grandes, o ser pelirrojo o rubio, o ser gordo o tener una bicicleta o una nariz chiquita. Tampoco está en contra de la ley tartamudear. Si vos decís que tartamudear está mal, vas a hacer más fuerza para no trabarte y ahora sabemos que cuanta más fuerza hacés, peor es. Eso no le gusta a nadie, por eso es que yo siempre sigo: “Está bien tartamudear”.
Si vos decís que tartamudear está bien, no vas a hacer fuerza para dejar de hacerlo. Y si no hacés fuerza, hablar será cada vez más fácil. Justamente lo contrario de lo que pensabas hasta ahora.
Luz tiene 10 años. Ella estaba muy triste por su tartamudez y había decidido no trabarse más. Trataba tanto de no hacerlo que su tartamudez estaba cada vez peor. Su mamá y su papá estuvieron de acuerdo en que estaba bien que ella a veces tartamudeara. Junto con su terapeuta, hicieron este poema:
Ya no te tenés que preocupar,
ahora podés tartamudear.
Estar triste no vale la pena,
tartamudear no es ningún problema.

Luz está mucho más contenta, ya no odia su tartamudez como antes y ahora hablar le resulta más fácil.

¡¡¡¡¡Vos sos muy importante!!!!!
Por la tartamudez y por otras cosas que no te gustan de vos, quizás sientas que hacés todo mal, que sos un desastre. Pensás que no le caés bien a la gente. No solo los chicos se sienten de esta manera, muchas personas grandes también. En este caso te olvidaste de algo…te olvidaste de qué importante es que estés vivo y que seas como sos. No existe nadie igual a vos en todo el mundo, sos único, sos especial. Te olvidaste de que hay muchas cosas que hacés bien y que hay mucha gente que te quiere y que te cuida.
Es feo que muchas veces a la gente le dé vergüenza demostrarle a los demás cuánto los quiere. Si sentís que no le importás a nadie, acordate que sos muy importante y así vas a sentirte mejor. Si te cuesta hacerlo solo, podés pedirle a tus papás o a alguien en quien confíes, que te ayude a recordarlo.

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